Como piedras que me hunden
son las penas que me ahogan,
sin barco que me auxilie
ni boya alguna
que me sostenga a flote.
Entre bateas voy dejando
mi pesada carga,
arrastrada por las corrientes
hacia el mar es llevada.
Desemboco en la ría
a la deriva me quede,
ya no hay penas,
ya no hay miedos .
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